lunes, 30 de noviembre de 2009

MARTINCHO EN EL MONASTERIO



El superior del monasterio estaba muy molesto con la rebeldía del monje Martincho. Un día le citó para aclarar las cosas y expuso lo siguiente:

- Estimado Martincho: todo el monasterio está molesto contigo y me han pedido que haga algo. Y analizando tu caso, hemos acordado que tu situación no debe pasar de éste año. Te hemos aguantado demasiado.

Entonces Martincho se atrevió a preguntar:

- ¿De qué cosas concretas se me acusa?

El Abad respodió:

- Lamento decírtelos, pero estos son: no participas en la misa diaria, has dejado los estudios académicos, no rezas la liturgia de las horas, no ejerces tu ministerio pero, sobre todo, escribes cosas que van contra los reglamentos de nuestra congregación. ¡Eso es inadmisible! Así que debes alistar tus maletas e irte, no puedes seguir aquí; si no lo haces voluntariamente, nosotros te echaremos los primeros días del año próximo.

En realidad la exposición a cerca de las causas de su expulsión había sido detallada y amplia. Y después de una larga exposició, el superior, preguntó al súbdito:

-¿Tienes algo que decir?

Y Martincho, viendo que el plan ya estaba hecho y nada se podía hacer, replicó:

-Nada…

A menos que te conviertas en ‘Nada’, esto es, en una ‘fuente vacía’, el ‘Todo’ no se posará en ti.




Ohslho

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